El estrés por calor es un desafío silencioso pero constante para la producción lechera. Cuando las temperaturas suben, las vacas experimentan cambios fisiológicos que afectan su desempeño: reducen el consumo de alimento, alteran su medio endocrino, disminuyen la rumia y la absorción de nutrientes, mientras aumentan los requerimientos de mantenimiento para regular su temperatura corporal. Este conjunto de cambios se traduce en una menor disponibilidad de nutrientes para la producción de leche, lo que afecta directamente los litros diarios obtenidos. Cada bocado menos implica menos energía disponible, y, en consecuencia, el resultado es claro: a medida que el estrés por calor aumenta, el consumo disminuye y la productividad cae.
BabyMilk
Una opción de altísima calidad nutritiva para lechones lactantes. Se puede utilizar como soporte y apoyo nutricional, principalmente en los primeros días de vida, para mejorar los resultados de producción.